sábado, 18 de diciembre de 2010

Delirios de falsa felicidad...


Acabo de escribir un mensaje de texto a Puebla, empiezo a fumar un cigarrillo que había olvidado tener encendido y se consumía en mis dedos, me siento en Londres Codplay suena en mi reproductor los audífonos ya se fundieron en mis oídos, de pronto es de noche en Paris y pienso en una pareja bailando a las orillas de un puente de piedra, recorriendo la rivera del rio.

Y también estoy aquí en mi habitación sentada al filo de la cama viendo South Park en la televisión, viendo mis pinceles regados a la sombra de un galón de pintura y veo a mis muñecos  más bellos reposando sobre un chiquillisimo sofá inflable de florecitas multicolores.

Me siento despierta y con el cuerpo extremadamente pesado, se me fue el frío se me olvido escribir y aún así me siento especial, se me fue la novia y aún así me siento enamorada y al tan solo pensarla ya me siento acompañada.

Prendí una varilla de incienso ahora todo huele a pachuli, huele a dios, muerdo un chocolate y me amparo en la gloria, todo es perfecto en este momento, que rico es ser feliz, que bello ser diferente soy única en el mundo por que hoy estoy contigo aunque a millas de distancia, no necesito más que tenerte a ti y mil hojas de papel… solo con esto me basta para vivir.

Querías que cambie, cambié y cambié para ti, pero quiero que sepas que siempre estuviste aquí y que siempre yo estaré para ti… eres tu ante el oro del mundo, eres tu antes que el universo, eres tu mi todo y eso es una absoluta verdad.

Ciega/
14/12/10
Lima - Perú

martes, 7 de diciembre de 2010

Impresentable

Estaba yo con los audífonos enterrados en los tímpanos, hacia la fila en las puertas de Movistar era el único lugar donde se podía pagar el cable, era el último día de plazo era tarde yo paciente y muy dispersa esperaba tarareando una canción.
La tarde estaba opaca, gris y húmeda pero fresca al fin el lugar era feo, la gente se amontonaba entre sí, los gritos y murmullos se mezclaban sin control, mi fila no era larga pero si avanzaba muy lento. Yo tenía la mente repleta de Drexler estaba casi adormecida de placer, mi cuerpo se dejaba ir al son de la voz de este mi dios uruguayo, sin vergüenza ni reparo yo cantaba sin notar a que volumen sin saber si sonaba bien o mal ¿Quién sabe qué pensaban de mi? las personas que se encontraban a mi alrededor, yo sencillamente cantaba camuflada entre esa humilde multitud sonreía con desparpajo ante esos desconocidos, era feliz miraba a todos lados hasta que de pronto aquel lugar empobrecido y ruinoso se torno bello.
Paso por mi lado un muchacho bastante arregladito, con pelito corto y camisa blanca bien planchada, llevaba pantalones cafés y una impecable corbata color mayonesa, en cuanto vi su silueta cruzar sentí reconocer algo en él y de la manera más asolapada intente buscarle la cara para saber de quién se trataba, se paró a pedir información en una casilla que estaba en el ingreso del local y fue allí que giro repentinamente hacia mi dirección y lo pude ver de frente, era David Campos Linares el muchacho maldito que cruzo la primaria conmigo y que dedico sus mejores años  a hacer de mi la NIÑA NERD de los lentes la burla del salón, había cambiado su postura de niño juguetón mal portado y esa apariencia desaliñada y polvorienta, su andar era torpe pero aun conservaba esa pose de callejerito en alguna esquina de su cuerpo, lo recordaba sucio y de ropaje percudido, de cabello desordenado y crecido, lo recordaba violento y odioso, ese pequeño pobretón pegalón que solo sabía decir malas palabras, pero esta vez era un caballerito acorbatado limpio y oloroso, tenía la cara muy seria pero sus enormes pestañas lo hacían ver coqueto y mujeriego.
Yo seguía en la fila imperceptible ante sus ojos cafés, el tomo un número y se sentó a esperar su turno en la plataforma, yo seguí observándolo con curiosidad y cierta nostalgia, lo veía bello y pulcro, lo veía con paciencia y de pronto la fila avanzo me toco cruzar cerca de él  tuve ganas de llamarlo por su nombre y mirarlo a la cara después de dieciséis años pero tuve un sacudón de realidad y de pronto me vi allí, haciendo fila enchufada a un reproductor, oyendo a un uruguayo que no sabe que lo amo, protegiendo mi rostro con una capucha azul, llevaba jeans sueltos, polera y zapatillas Rip Curl modelo Vanss, estaba sometida a mi disfraz de niño skater y sentí pavor de ser reconocida por el de esa forma, estaba absolutamente impresentable.
Me toco esperar otro rato mas dentro de la agencia y así casi escondida entre otra personas me dedique a observarlo, llevaba papeles sueltos en la mano, un feísimo sobre manila color amarillo extendido sobre sus piernas y en eso llamarón su número así que se puso de pie y se dirigió hacia el cubículo nueve que estaba al lado derecho de mi fila y le toco desfilar frente a mi sin el siquiera saberlo, lo observe a mas profundidad lo descuartice con los ojos y de pronto note sus zapatos mal lustrados y bastante viejos, sus pantalones se veían desgastados y tenía pancita de borrachín de fin de semana, igual se veía bello aunque en lo que gestionaba el refinanciamiento de su cuenta de teléfono por que la ventanilla nueve era para refinanciar, su imagen de ejecutivo guapetón se fue desinflando.
Llegue por fin a mi ventanilla, pague el cable en pocos minutos y emprendí huída cuando al salir note que él salía de su ventanilla también casi nos cruzamos al salir y al presentir que hasta podríamos tropezarnos entre sí hice un ademán de skater-boy para adelantarme un poco y no verlo a los ojos, no rosarlo con los codos, no pisarle los zapatos viejos, logre adelantarme dos pasos pero ya era muy tarde entre mi giro de escape de emergencia y el complot del destino David Campos Linares logro verme a los ojos, a mis ojos cubiertos con lentes de marco azul ancho, fueron quizás dos segundos los que fijo sus ojos cafés de pestañotas largas sobre mi rostro encubierto, sentí su mirada coqueta en mi nuca y avance más hasta que casi me perdí entre la gente al salir de esta infortunada agencia de Movistar, estaba absolutamente nerviosa camine rápido y trate de hacerme nada pero él venía tras de mí, camine a toda prisa hasta cruzar una cuadra de aquella peligrosa avenida cuando decidí detenerme y voltear a ver si aún estaba cerca y lo vi al otro lado de la calle parado como esperando que yo me detenga, estaba bien plantado todo en él había cambiado, tenía una cara nueva me había reconocido y en medio de todo ese tumulto de ladronzuelos me sonreía coquetamente y esperaba que regresara, a metros de distancia sentí su olor a pendejito, a te invito unas chelas, a nadie se va enterar… así que lo vi bello una vez más le sonreí tiernamente le levante la mano y cerré mis dedos en ella me di media vuelta y volví a casa, pensando en David Campos Linares el bello niño maldito.

Ciega/
07/12/10
Lima - Perú